INTRODUCCIÓN   





     La Microscopía de Piensos es una técnica de Control de Calidad simple, rápida, económica y altamente versátil dentro de la fabricación de alimentos compuestos. Constituye un complemento ideal a los análisis químicos clásicos (análisis de Weende, van Soest,...), puesto que da una idea general de la calidad de un ingrediente o pienso acabado, con una rapidez superior a la conseguida con dichos análisis. Es especialmente útil para la identificación de contaminantes y/o adulterantes a partir de sus características físicas, y para su cuantificación cuando no existen tests químicos o físicos rápidos alternativos. Puede constituir parte de cualquier programa de control de calidad ya que el equipo requerido es sencillo, y por consiguiente, asequible a cualquier fabricante de piensos.

     La Microscopía de Piensos puede dividirse en 2 tipos principales: cualitativa y cuantitativa.

     Los dos tipos de microscopía pueden realizarse mediante microscopio estereoscópico y/o microscopio compuesto, si bien, desde un punto de vista práctico, es el estereoscópico el más utilizado por su mayor facilidad de aplicación. Por esta razón, las imágenes incluidas en este Manual en formato CD están realizadas con microscopio estereoscópico y tienen como objetivo ayudar al microscopista en la identificación correcta de los ingredientes atendiendo a sus características morfológicas externas. La microscopía cuantitativa no se aborda en este Manual.


LA MICROSCOPÍA EN LA FÁBRICA DE PIENSOS

     En una fábrica de piensos, el control de calidad empieza con la recepción de los ingredientes antes de su descarga. La simple observación bajo el microscopio de una muestra homogénea y representativa de un ingrediente y su comparación con su patrón de referencia, pueden permitir determinar rápidamente la presencia de suciedad, contaminantes, adulterantes, así como la existencia de alteraciones debidas a la climatología (lluvia, calor, humedad,...) y/o a una mala conservación (hongos, insectos,...).

     En un control de calidad rutinario, la identificación de contaminantes y adulterantes en los ingredientes es probablemente la aplicación más importante de la Microscopía de Piensos. En función de los “patrones de calidad” o “márgenes de tolerancia” establecidos por la propia empresa en sus contratos de compra, el microscopista puede tomar rápidamente la decisión, a tiempo real, de aceptar o rechazar la mercancía evitando problemas de espera en la zona de recepción. En ausencia de un microscopista experto y sin un muestreo formal, un supervisor entrenado puede realizar una rápida inspección visual mediante una lente manual de 6-8 aumentos.

     La Microscopía de Piensos también puede aplicarse en cualquier fase del proceso de fabricación, ayudando a solventar posibles problemas de procesado. De todas las fases, es quizás la fase de mezcla la que constituye uno de los puntos más críticos. La calidad de dicha mezcla (adecuación a la fórmula), así como la presencia o ausencia de algunos microingredientes (minerales, vitaminas u otros constituyentes) puede establecerse por observación o por micropruebas específicas. El análisis microscópico de una mezcla puede constituir uno de los puntos importantes en el control de calidad del proceso de fabricación, especialmente cuando los productos van a ser sometidos a un proceso posterior que implique una alteración de las características iniciales de los ingredientes (ejemplo: gelatinización del almidón por procesos de expansión y extrusión). Del mismo modo, la presencia de partículas carbonizadas o caramelizadas, metales, fragmentos de insectos, trozos de goma, etc., pueden ser más fácil y rápidamente identificados que con otro tipo de análisis químico o físico.

     La evaluación del producto final para confrontarlo con su fórmula teórica es la segunda aplicación en importancia de la Microscopía de Piensos. En el caso de piensos en harina o granulados, la evaluación microscópica cuantitativa permite determinar el porcentaje de los principales ingredientes y de algunos minoritarios con características obvias con un margen de error, que puede oscilar entre un ± 0,5 % en función de su porcentaje de inclusión. No ocurre lo mismo con productos extrusionados e incluso en determinados piensos expandidos; es imposible determinar las cantidades relativas de diversas formas de almidón de distintos ingredientes altamente gelatinizados. Así pues, la identificación y cuantificación de producto final (alimentos o piensos completos) es mucho más compleja que la evaluación de ingredientes.


EQUIPAMIENTO

     El equipo básico para la Microscopía de Piensos consta de:

PREPARACIÓN DE LA MUESTRA

     La obtención de resultados fiables requiere disponer de una muestra representativa del material (ingrediente, mezcla, pienso,..) a examinar y de material gráfico como el presente en este Manual. Cuando el material a examinar se encuentra en forma de gránulo, éste deberá disgregarse procurando no disminuir el tamaño de partícula, hecho que se consigue mediante agua o utilizando un mortero. La utilización del molino es desaconsejable pues dará una mayor fineza a la muestra, lo cual conlleva una pérdida de las características propias de los ingredientes a identificar.

El material, ya en forma de harina, deberá mezclarse bien y cuartearse. Posteriormente, se procederá a tomar una muestra de 10 a 15 g. Parte de esta muestra puede tamizarse, obteniéndose 4 fracciones distintas que facilitarán el examen microscópico. Si bien el cribado suele omitirse, es de especial ayuda no sólo para el principiante sino también para el microscopista especializado.

INSPECCIÓN CON EL MICROSCOPIO ESTEREOSCÓPICO

     La muestra o sus fracciones cribadas deben ser dispersadas separadamente en una cartulina y examinadas con la lupa binocular o microscopio estereoscópico a 10-20 aumentos, empezando por las partículas gruesas y continuando hasta las más finas.

     La inspección o examen debe iniciarse por un extremo e ir procediendo hacia el otro, apartando y ordenando el material examinado con agujas de disección o pinzas. En ambos casos, se recomienda que los extremos sean puntiagudos para facilitar el aislamiento de las partículas individuales y, al mismo tiempo, probar características como su dureza y textura.

     En un primer lugar, la inspección deberá realizarse sobre los ingredientes orgánicos mayoritarios. La colección de ingredientes y la ayuda del Manual es, en este momento, de gran utilidad en caso de duda o verificación. Durante la inspección, se irán anotando también todos los ingredientes minoritarios que se vayan observando, así como los contaminantes y adulterantes, en el caso de estar presentes.  Para una mayor seguridad, se aconseja continuar la inspección de las muestras poniendo especial atención en los finos, puesto que algunas veces los adulterantes adicionados son molidos a un grado extrafino para que su detección sea más difícil. Es por ello que se aconseja el cribado de la muestra y el examen de cada una de las fracciones obtenidas.

     Después de identificar los ingredientes orgánicos, se identifican los ingredientes inorgánicos (minerales) más comunes, especialmente aquellos que son agregados a los piensos en cantidades apreciables, y los cuales no han sido reducidos en forma de polvo, tales como la sal y los complementos de calcio y fósforo.

     Para facilitar su determinación, se utiliza la Técnica de Flotación Diferencial con la cual podemos separar la fracción mineral de la orgánica. Esta técnica también es de gran ayuda en los análisis de muestras con un contenido elevado de materia grasa, en los cuales el examen de partículas aisladas resulta difícil. Para ello se pone una pequeña cantidad de material en un vaso de precipitados o en un tubo de ensayo y se cubre con un exceso de disolvente (Tetracloroetileno). Se agita y se deja que el material ligero flote y el pesado sedimente. Posteriormente, se decanta la fracción ligera (flotante) con el disolvente, procurando no vaciar el material sedimentado. Una vez evaporado el disolvente, las fracciones están listas para su inspección.

     La presencia de minerales agregados en muy pequeñas cantidades se puede detectar con pruebas químicas de identificación, conocidas como Pruebas de Mancha. La confirmación es mejor si se realiza bajo el microscopio estereoscópico, ya que en su mayoría de los minerales están reducidos a polvo, lo que dificulta la observación de la reacción esperada a simple vista.

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